domingo, 11 de abril de 2010

Regalo


Cuando te conocí

me propuse ahorrar tres horas de canicas para regalarte

pero las perdí con un niño muy hábil.

Quería regalarte mi corazón

pero lo olvidé en la camisa de ayer.

Quería regalarte una libélula amaestrada tornasol

pero mi rinoceronte de origami la aplastó,

por último pensé en este poema

Asistí a un curso intensivo de poesía para tontos

pero lo reprobé.

Ahora no encuentro qué regalarte.

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