Caminemos juntos.
Toma mi mano,
te diré
no tengas miedo,
camina bajo la lluvia
cuando tengas oportunidad,
llora cuando sea necesario,
ríe.
Disfruta de la
libélula posada en el aire.
Que miles de cocuyos
Iluminen tu camino.
Vayamos al mar de noche,
que las olas acaricien
nuestros cuerpos
y las estrellas
miren lejanas nuestro brillo.
Hacía mucho que no visitaba tu blog. Sonreí bastante al leerte.
ResponderEliminarYo, lloro siempre que es innecesario...y me gusta el universo casi tanto como el mar.